Desde el municipio histórico de Gernika (allí, en un enorme parque, está el roble en torno al que se celebraron las primeras asambleas de Euskadi) hasta Kortezubi, donde tienen su sitio la cueva prehistórica de Santimamiñe y el enigmático bosque de Oma (cerrado actualmente) discurre un sendero excepcional. Se trata de una ruta que cruza las famosas marismas del río Oka, así como preciosos baserris (caseríos, en euskera), en muchos casos, a través de pasarelas de madera sobre el agua. El paseo (un tramo del itinerario PR-BI 181) consta de ocho kilómetros, y es fácilmente accesible por toda la familia.
Al pasar por Forua, es posible desviarse un kilómetro más para contemplar las ruinas del complejo romano, aunque lo verdaderamente interesante de este camino es observar la variada y numerosa fauna y la flora típica de la zona. De hecho, cerca del final nos espera el Urdaibai Bird Center, “un gran museo vivo de la naturaleza”, donde es fácil avistar espátulas provenientes del mar de Wadden, elegantes garzas, anátidas de diversas especies, límicolas llegados desde el lejano norte e incluso ejemplares del esquivo avetoro. Además, no muy lejos hallarás también el refugio de vida salvaje Basondo, en cuyos 60.000 metros cuadrados de bosque y praderas podrás admirar animales silvestres de la zona, e incluso algunos en peligro de extinción, como el lince, el lobo y los bisontes.