Long Lines Building

El misterio del rascacielos-búnker de Nueva York a prueba de ataques nucleares

De estilo brutalista y sin ventanas está preparado para soportar un ataque nuclear en el centro de Nueva York... O eso se cuenta.

Nueva York perdería gran parte de su encanto si sus edificios no tuvieran ventanas, y es que si algo demanda la segunda ciudad con más rascacielos del mundo es justamente eso, un pequeño marco desde donde encuadrar la belleza cosmopolita de Nueva York, admirar el microcosmos urbano desde las alturas. Sin embargo, hay un edificio que se diseñó contraviniendo la norma: el Long Lines Building.

long lines building
Foto: Wikimedia Commons

En el número 33 de Thomas Street se alza una construcción de 169 metros y 29 plantas diseñada por John Carl Warnecke. Este rascacielos de estilo brutalista rompe con la estética imperante en la gran manzana y se levanta como si fuera una especie de atalaya medieval, preparada para autoabastecerse energéticamente.

Este último punto es la respuesta a las incógnitas sobre su forma, pues su estructura es a prueba de ataques nucleares, además de poseer reservas suficientes de comida, agua y combustible para proveer a 1.500 personas durante dos semanas. Su aspecto de fortaleza no es solo fachada, sino la base de su existencia: por ese motivo no tiene ventanas.

Poco se sabe del uso de esta especie de búnker, aunque se ha especulado mucho. Apodado “Proyecto X”, este diseño de 1969 fue ideado por el mismo arquitecto que planificó cómo sería el mausoleo de Kennedy. Cuando se terminó, en 1974, esta mole de hormigón acogió la sede de una de las compañías de telecomunicaciones más importantes de Estados Unidos, AT&T1.

LONG LINES BUILDING
Foto: Wikimedia Commons

Aun así, el New York Times llegó a decir en 1994 que era la base de la Agencia de Seguridad Nacional y que “podría formar parte de una gigantesca Red Mundial de Inteligencia, que recibe un promedio de 175 millones de llamadas telefónicas al día”. Además, el reportaje añadía que el programa de la agencia se encargaba de dirigir las comunicaciones de las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y decenas de países.

Al parecer, el edificio podría seguir albergando el centro de datos de la compañía de telecomunicaciones, un centro de investigación en ciberseguridad que comparte espacio con Verizon, una empresa que guarda en las instalaciones su equipamiento. Sea como sea, y a pesar de que no hay una sola ventana en el edificio, existen grandes respiraderos por los que se renueva el aire en su interior, y su sistema de iluminación ha permitido que catástrofes como el huracán Sandy, que cortó el suministro en buena parte de la ciudad, no afectara al edificio.

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