48 horas en Budapest

Una escapada entre historia y balnearios

La belleza de lo clásico

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Inigualables baños termales, paseos nocturnos en barco, antiguas naves reconvertidas en pubs gigantescos, la sinagoga más grande de Europa... La escapada a la capital de Hungría , divida por el río Danubio en dos mitades (Buda y Pest) , es tan asumible como recomendable. Y es que el cambio de euros a forintos húngaros (1 EUR = 311,86 HUF en el momento de escribir este artículo) nos hará ganar algo de poder adquisitivo. A la hora de preparar la maleta, tened en cuenta que la temperatura es bastante similar a la española, pero hay que sumarle el factor humedad. Y no olvidéis el bañador, que hay casi 100 fuentes termales repartidas en 12 baños.

VIERNES

17.00 h. Nos alojamos en el barrio de Belváros, junto a la orilla oriental del Danubio (Pest) ,en pleno centro de la ciudad. Tras dejar las maletas, lo primero que nos llama la atención –aparte de la humedad que desprende el río– son las numerosas tiendas de souvenirs, con las muñecas matrioskas como plato estrella. Si queremos comprar recuerdos, podremos adquirirlos en cualquier momento y evitaremos ir cargados toda la tarde. De camino al Parlamento por la calle Bécsi, podemos parar en el Michael Jackson Memorial Tree, situado en una de las esquinas del parque de Erzsébet tér. Se trata de un árbol convertido en un santuario de forma espontánea por los fans del rey del pop, que lo empezaron a usar el día de su muerte para dejar allí fotografías, poemas, velas encendidas y las más inimaginables dedicatorias.

18.00 h. Nuestro paseo hasta el Parlamento lo continuamos por la orilla del Danubio (Belgràdrakpart) , disfrutando así de las vistas del skyline de Buda (parte occidental) al otro lado del río. Poco después de pasar por el Puente de las Cadenas (Széchenyi) y la plaza de Roosevelt habremos llegado. Este edificio, además de acoger las sesiones de la Asamblea Nacional y las dependencias gubernamentales más importantes del país, ofrece una extraordinaria fachada neogótica (todo un símbolo de la ciudad, obra de Imre Steind) , un paseo por sus florales jardines exteriores y visitas gratuitas para los ciudadanos de la Unión Europea.

La joya visual de la ciudad

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19.30 h. El paseo sigue por la Isla Margarita, en mitad del Danubio, a la que se accede através del puente homónimo que hay junto al Parlamento. Alquilamos uno de los tándems que hay a modo de carritos y nos recorremos a pedaladas este islote plagado de vegetación y bonitos rincones donde detenerse: las ruinas de la Iglesia de Santa Margarita, jardines de estilo oriental, la Iglesia de San Miguel, la Torre del Agua... Allí, tiene además lugar el Sziget Festival , un festival de música que en agosto (este año, del 10 al 17) trae a la pequeña isla lo más granado del panorama internacional (Rihanna y Muse entre otros muchos en 2016) y que suele contar con alguna banda español a (desde Ska-P a, este agosto, Manu Chao) .

22.00 h. Tras una cena rápida nos acercamos a tomar algo hasta el barrio judío, en pleno centro de Pes t. Allí encontraremos los viejos inmuebles en ruinas reconvertidos en pubs y denominados 'bares de jardín', parecidos en su aspecto a casas okupas pero de gestión privada. Son dignos de ver solo por sus estrambóticos decorados: grafitis, muebles reciclados, monitores de ordenador colgando de las paredes... El favorito de los turistas es el Szimpla (Kazinczy u. 14) , con su gigantesca terraza, sus tres plantas y sus innumerables recovecos adornados por bañeras, maniquíes y hasta un coche partido por la mitad.

La diversión es algo parecido a esto en Budapest

Sziget España Official (Facebook)

SÁBADO

10.00 h. No hay mejor manera de quitarnos la resaca que visitar un balneario, así que tras disfrutar con el desayuno de los campeones en una terrazita cogemos el metro en dirección Plazade los Héroes (Parada de Hösök tere, penúltima de la Línea 1) . Veremos enseguida el monumento al Milenario, de 36 metros de altura, con el arcángel Gabriel en lo alto. A sus pies dos hileras de columnas con los denominados héroes, estatuas de sentido alegórico que rinden tributo al trabajo, el bienestar, la sabiduría, la gloria y la paz. Allí encontramos también la Galería de Arte y el Museo de Bellas Artes. Pero nosotros enfilamos nuestro paseo por el parque municipal de Városliget hacia los Baños Széchenyi , los más profundos y calientes dela ciudad (la entrada cuesta unos 17 euros al cambio) . Innumerables piscinas, jacuzzis y saunas en la parte interior, de fuerte olor al azufre de sus aguas. En el exterior, la piscina caliente, con el icónico tablero de ajedrez para echar una partida a remojo, y la de verano, con un impagable jacuzzi en el centro que cada media hora se convierte en un remolino que hace girar a los bañistas en bucle. También encontramos una terraza donde beber o comer algo, así que aquí pasaremos buena parte del día, hasta que se nos arrugue la piel.

17.00 h. Con las pilas cargadas tras el tratamiento termal nos disponemos a cruzar hacia Buda, la mitad occidental de la ciudad. En concreto nos dirigimos al Castillo, Patrimonio de la Humanidad (autobuses 16ª, 16, funicular y parada Batthynány ter de Metro) . Ubicado en la colina que hay a la orilla del Danubio, tenemos kilómetro y medio de paseo donde encontraremos tres iglesias, cinco museos, diversos monumentos, calles y edificios de interés histórico, aparte de numerosos bares y galerías de arte. Todo ello junto a las impagables panorámicas de Pest.

El castillo, un Patrimonio de la Humanidad

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20.00 h. Tras recorrer el barrio del Castillo volvemos dando un paseo por las faldas del monte Gellért hasta el Puente de la Libertad, sitio la mar de agradable donde ver el atardecer con el skyline de ambos lados de la ciudad sobre el río. Al cruzar vale la pena parar en el pub For Sale (Vamhaz korut, 2) . Además de su música en directo y sus refrescantes pintas, nos llama la atención su suelo, cubierto de las cáscaras de los cacahuetes infinitos que ponen para picar, y las paredes, literalmente empapeladas por notas, poemas y dedicatorias de todos los que pasan por allí. Aprovechamos para cenar escuchando de fondo un dúo de blues.

21.30 h. No hemos parado en todo el viaje, así que el último paseo de hoy lo haremos montados en uno de los cruceros nocturnos que recorren el Danubio . Arrancan en el puerto que hay junto al Hotel Marrito y cruzan bajo todos los puentes que unen Buda con Pest (Libertad, Elisabeth, Cadenas, Margarita y Árpád) , además de rodear la Isla Margarita. Cuestan unos 4.000 forintos húngaros ( unos 12 euros ) por persona, es gratis para niños de hasta nueve años e incluyen una bebida **(también tenemos la opción de cenar a bordo) **.

Lo bizarro y atractivo del For Sale Pub

Jesús Casañas

DOMINGO

10.00 h. La última mañana del viaje volvemos al barrio judío para visitar la Gran Sinagoga de la Calle Dohány, la mayor de Europa, de estilo bizantino-morisco y construida a mediados del siglo XIX por el arquitecto vienés Ludwig Föster. Los chicos tennemos que ponernos una de sus kipás (sombreros, para tener presente que Dios está por encima de nosotros en todo momento) , y las chicas no pueden ir ni con falda ni con tirantes (se considera inapropiado para verle) . La entrada sirve también para visitar la iglesia y el museo, que exhib euna colección de objetos relacionados con la cultura judía que se remontan hasta la antigua Roma (reliquias históricas, objetos devocionales...) . Allí encontramos también el monumento al Holocausto, un sauce llorón hecho de metal cuyas hojas contienen cada una el nombre de una víctima judía.

11.30 h. Completamos la mañana con la visita al Museo Casa del Terror , que lejos de estar dedicado al cine de género se centra en otro tipo de horror más real y escalofriante: el que ejercieron al pueblo húngaro los nazis primero (fue la sede los nacionalsocialistas del país el invierno de 1944) y l os comunistas a continuación (en 1945 se instaló la policía política ÁVH, dedicada a perseguir y castigar a los enemigos del comunismo) . Cuatro plantas que documentan las vejaciones que sufrieron las víctimas, con sus celdas aún en pie y el icónico tanque rodeado de las fotos de los caídos para no olvidar lo que allí ocurrió con el objetivo de que no se repita.

La vida entre piscinas

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13.00 h. No podemos irnos de la ciudad sin visitar su mejor balneario, **situado en el Hotel Gellért ** (a más de uno le sonará del anuncio del yogurt Danone de 1992 ). Dormir allí es prohibitivo (hay reyes europeos que han pasado la luna de miel en sus habitaciones) , pero sorprendentemente la entrada a la parte del balneario es bastante barata (en nuestra última visita había una oferta de comida y baño por unos 20 euros) . Tras comer a cuerpo de rey en sus lujosas instalaciones, nos ponemos el bañador y vamos al lío. Las zonas interiores están separadas por géneros, con multitud de piscinas, saunas y bañeras de cambio térmico. En el exterior, de uso mixto, encontraremos diversas piscinas al aire libre (una de ellas con simulación de olas) y explanadas de césped donde tumbarnos con la toalla. Ideal para regresar a casa suaves como una pluma y muchas ganas de volver.

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