Guía de uso y disfrute de la playa secreta de Gran Canaria: Tufia

Tú no encuentras la playa de Tufia; Tufia te encuentra a ti.

Así es la cala del pueblo de Tufia

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A Tufia no te la encuentras buscándola, no. Es de esos lugares que aparecen improvisando, mientras viajas con rumbo a otro lugar y, de repente... flechazo a primera vista en el camino. Esto es lo que nos ocurrió en ** Gran Canaria con Tufia**. Apareció como por arte de magia para quedarse para siempre en nuestra retina viajera.

Tufia es uno de esos lugares escondidos en Gran Canaria perfecto para darse un baño, dar un pequeño paseo por el pueblecito y, en definitiva, pasar el día. Resguardado y casi oculto en el municipio de Telde es el lugar perfecto para descubrir un trocito más de Las Palmas de Gran Canaria más profunda.

El azul y el blanco son los colores protagonistas de las calles de Tufia

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CÓMO LLEGAR

Es muy fácil acceder a ella, tanto en coche como a pie, y su dirección está señalizada. Para llegar en coche hay que tomar la salida 13 (dirección al Goro) de la autovía desde el Sur hacia Las Palmas y, a continuación, a la derecha está señalizada la carretera a Tufia. En 3 km llegaremos a través de la carretera GC-1.

También podemos coger la línea 2 del autobús urbano.

POR QUÉ IR

Tufia es una pequeña playa de arena negra volcánica en la costa oeste. El pueblo resulta encantador a pesar de que sus calles se pueden contar con los dedos de las manos. Sin embargo, sus pequeños detalles lo hacen especial.

Entre la playa de Tufia y la cercana de Aguadulce, se extiende un yacimiento arqueológico. Está formado por un conjunto de cuevas de las que a veces sobresalen casas de piedra, descubriéndonos ese 'algo' que tiene la villa y la hace tan peculiar.

Su condición como yacimiento se debe al Comisario Provincial de Excavaciones Arqueológicas Sebastián Jiménez Sánchez en 1944, gracias al cual se declaró Monumento Histórico Artístico en 1973, bajo el nombre de Ruinas del Poblado Prehistórico de Tufia.

Desde el mirador de Tufia podemos observar estas vistas

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Los barcos de pescadores al final de la cuesta que lleva a la playa, el color blanco de las casas mezclado por colores vivos como azules y verdes en los marcos de las puertas y las ventanas, esas grietas que le dan el toque mágico de pueblo marinero antiguo... Solo un pero: los días de máximo calor harán difícil nuestra estancia sobre la arena negra... ¡arde!

¿QUÉ HACER?

Disfrutar. Puede sonar hueco o superfluo, pero básicamente es para lo que tenemos que ir a esta playa. Nos olvidamos tantas veces de la importancia de no hacer nada... el disfrutar de lo simple es una de las razones finales que más sentido le dan a lo que hacemos. Sentarnos en las rocas o tumbarnos en la arena y disfrutar del ambiente, del silencio, del color del mar, del tacto de los granitos de arena y del sol canario.

El agua es tranquila por lo que convierte el esnórquel en un 'must' del lugar. Podremos observar bancos de peces y un fondo marino privilegiado.

Sus casas están situadas prácticamente en la orilla, pero no cuentan con un chiringuito más que en verano, por lo que podemos preparar un picnic y o aperitivo antes de ir para hacer nuestra visita más completa.

Por la noche, el pueblo de Tufia guarda una magia especial

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También podemos pasear por sus calles y por las rocas. El momento de marea baja permite un paseo por éstas rodeando la costa y el acantilado para observar el mar más de cerca. También recomendamos visitar el mirador del pueblo, perfecto para admirar la magia del Atlántico.

¿DÓNDE COMER?

A 20 km de Tufia encontramos el mejor restaurante castizo de toda la isla: bienvenido a Bar el Campesino (o, si lo pronuncia un canario, Ca “Colacho”) , en la Calle Monte Quemado, número 43.

Desde 1940 se ha convertido en toda una oda a la gastronomía canaria. Famoso por sus costillas, pero sin poder perdernos tampoco su delicioso queso frito, pimiento de padrón, chipriones o papas fritas. Comer como en casa y a buen precio. Y no solo la comida es exquisita, el trato con el cliente también lo es. Cuidado, hay dos formas de llegar, por la carretera que bordea el acantilado (más complicada) o por la autovía. Se encuentra a 15 minutos de Las Palmas.

CON QUIÉN IR

Para todos los públicos, solos o acompañados, con niños (por que al ser pequeñita podemos tenerlos en todo momento controlados) , para los amantes de la arena negra, para los entusiastas del esnórquel, para los que aprecian el huir de las playas de masas...

Absténganse aquellos que no les guste la playa con piedras y en las que no haya actividades, porque se trata de una playa en la que no hay nada, en cuanto a pistas de deporte, fuentes, gimnasios, etc. No. No hay nada y, por eso, para un espíritu Traveler puede significarlo todo.

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