¿Es la Toscana? ¿Es la Provenza? No, es la Alcarria

Neoviaje a la Alcarria

¿Es la Toscana? ¿Es la Provenza? No, es la Alcarria

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La culpa no fue de Cela, sino Sergio del Molino. A este Viaje a La Alcarria versión siglo XXI no lo empujó un libro de viajes sino un ensayo. Fue La España Vacía , ese libro que han leído miles de personas, el que nos animó a agarrar un coche y enfilar hacia este país, como lo llamaba Don Camilo quien, por cierto, habría refunfuñado por haberlo inspirado él. Los tiempos cambian. Viajemos a la exótica Alcarria.

El adjetivo de 'exótico' no es un recurso literario. Si lo exótico es lo que es distinto a lo que se toma de referencia, esta región de Guadalajara lo es. Y lo es porque está vacía. Según el libro de del Molino, la España Vacía es la España interior, despoblada y discreta.

Ésta abarca las dos Castillas, Extremadura, Aragón y La Rioja.; Madrid no cuenta. Allí viven, vivimos, muy apretados, como en el resto de Europa Occidental. Por eso, este “ país dentro de un país ”, como lo denomina del Molino es algo muy extraño. Para los que estamos rodeados de personas y ruido resulta más exótico que una palmera y una playa de arena blanca.

El nombre de 'Alcarria' suena a tonos beige y a llanuras

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La Alcarria es parte de esta España Vacía. Tenemos una gran noticia: está llena. En esta región hay pueblos cuidados, iglesias con un Románico espectacular, comida sabrosa, casas de piedra con cipreses à la Toscana y campos de lavanda..

El nombre suena a beige y a llanuras, pero la realidad es distinta: es una zona con paisajes variados y muchos tonos de verdes; las carreteras llenas de helechos, tan parquejurásicos siempre.

La España Vacía no tendrá personas pero sí Arte y Naturaleza. Cela la recorrió en nueve días y se dice que escribió en siete su Viaje a la Alcarria, que el próximo año cumplirá 60 años. Nosotros proponemos un fin de semana con un recorrido algo tranquilo y muy libre. Daremos nombres, pero no órdenes ni tiempos de cuándo ir a cada uno. Si hemos llegado hasta La Alcarria es para dejarnos llevar.

La nada

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¿ES LA TOSCANA? ¿ES LA PROVENZA? NO, ES LA ALCARRIA

La primera parada será Alocén. Este pueblo lo elegimos porque sí, porque nos ha gustado, porque concentra muy bien la esencia de esta zona. Ya el nombre, con ese sonido árabe, nos recuerda su poso histórico. S

i nos dijeran que pintáramos una aldea (esta tiene menos de 100 habitantes en invierno, dos o tres mil en verano) lo usaríamos como modelo. Ofrece lo que esperamos: una iglesia, una plaza y casas de piedra rodeándola. Está cuidado, limpio y es rematadamente silencioso. Las campanas de la iglesia del siglo XVI son lo único que rompe esta paz. Aquí está Place du Port .

Rematadamente silencioso

Place du Port

Esta casa es el proyecto de Juan y Olga ; tras vivir en Los Ángeles, donde él trabajaba en Walt Disney Animation Studios en Frozen y Olga estaba realizando un proyecto de investigación con la Universidad de UCLA, decidieron volver a Guadalajara.

Allí levantaron su proyecto: una casa-hotel de seis habitaciones. Place du Port se alquila entera (o desde tres habitaciones) y tiene zonas de las que no querrías moverte, como el patio acristalado, el salón con Chester y la terraza con sillones colgantes desde la que se puede tocar, casi, la iglesia. A veces, parece que estás en el Luberon , otras en Val d'Orcia en La Toscana, y, en cuanto te asomas a la ventana y miras hacia el embalse de Entrepeñas, sabes que estás en La Alcarria. Desde esta casa, que en dos minutos sentiremos como nuestra, recorreremos el lugar.

Jardín de Place du Port

Place du Port

EL EMBALSE

Hablemos de él. Alocén pertenece a la cultura del embalse de Entrepeñas. En este punto nos ponemos un poco graves, porque tiene solo un 10% de agua. Esto genera un trastorno económico, medioambiental y social enorme. A menos agua, menos vida.

Sin embargo, la vista desde Alocén es preciosa incluso con el pantano vacío; también desde la carretera que lo rodea y desde la que se accede a los distintos puertos. En épocas en las que está lleno de su característica agua turquesa todo despierta.

Quienes llegan aquí desde la ciudad lo hacen atraídos por su “silencio” . Esto fue lo que animó a Josephine Douet, una fotógrafa parisina y a su familia a tener una casa “sin un alma a cientos de metros” a orillas del embalse. Ella, tras vivir en Escandinavia muchos años “buscaba un sitio para desconectar y poder preparar sus proyectos artísticos sin molestias”. Confiesa desde París, donde reside ahora: “me enamoré de la luz del lugar”. Nosotros, a estas alturas también estamos ya seducidos. Y no somos fáciles, no.

En Alocén no hay tiendas y solo hay un bar en la plaza. Aquí no se viene a hacer, se viene a estar. En la casa hay buen vino, chimenea para las tardes frías, camas cómodas y un wifi potente. La primera noche dormiremos como benditos y al levantar ocurrirá algo insólito: respiraremos aire puro. Qué extravagancia.

Embalse de Entrepeñas

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ROAD TRIP EXPRESS: DE PUEBLO EN PUEBLO

El siguiente día lo dedicaremos a saltar de pueblo en pueblo. Todos son pequeños y están muy cerca el uno del otro. El nivel de patrimonio histórico es alto : no hay iglesias mediocres. A lo largo del día lo comprobaremos visitando lugares como Budia, Durón o Sacedón.

Budia despista porque no parece un pueblo tranquilo; los bares de la plaza están llenos y la gente es afable. Justo en la plaza están unos apartamentos rurales llamados de manera épica El Cóndor . Aviso a navegantes: en La Alcarria hay pocos hoteles.

Muy cerca (aquí todo está cerca) encontramos Durón. En este pueblo hay unas casonas nobiliarias de los siglos XVI y XVII que nos cuentan que aquí hubo un pasado lustroso.

Sacedón es uno de los pueblos que más mencionan los lugareños y una de las señales más repetidas. Muy pegado, como Alocén, a la vida del embalse tiene cerca un monasterio espectacular. Se trata de Santa María de Monsalud, una de las mejores muestras de arquitectura medieval de la Península Ibérica.

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Hay más: podemos visitar Pastrana, uno de los pueblos con más densidad monumental, o Pareja, en la otra orilla, un pueblo precioso con iglesia renacentista incluida y vistas al pantano. Depende de cómo queramos organizar el día, si lo queremos más lleno o más vacío, valga el chascarrillo, nos detendremos en uno u otro. Parte del encanto de La Alcarria es visitar regodearse en estos lugares sin que nadie nos estorbe, sin colas, sin prisas.

Pastrana

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CASAS DE PIEDRA Y COMIDA BAJO UNA PARRA

Solo una cosa tenemos clara: **comeremos en El Olivar **. Este es uno de los lugares más bonitos de La Alcarria, pero lo escribimos en voz baja porque l os locales comentan de que se está llenando de gente de Madrid. Es decir, de gente como nosotros que busca paz, piedras y vacío.

Personas de La España Vacía: venimos en son de paz, no queremos invadir ni cosificar. Tras varios días recorriéndola y observandola estamos en condiciones de afirmar que la España de la que habla del Molino en su libro no es oscura ni mira con reojo al visitante. La Alcarria, al menos, es luminosa y está llena de gente afable y con ganas de conversación. Y qué sería de un viaje sin conversaciones.

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En El Olivar compraremos aceitunas a un señor con aspecto bohemio que se instala en la plaza el sábado; ese será el regalo que llevaremos a nuestros amigos y por el que nos querrán un poco más. Fantasearemos con tener una casa de piedra aquí, a ser posible con criprés en la puerta ; conocemos quién lo hizo y terminó teniéndola.

Junto al señor de pelo blanco de las aceitunas se coloca otro puesto. Este es de Isabel y Almudena, que venden verduras ecológicas de su huerto de Alocén. Los que conocen bien el lugar nos advierten de que no podemos irnos sin comprar miel de Torronteras a la que denominan “ la mejor de La Alcarria ”. Y avisan que la “buena” de este año es de romero. Anotado.

La miel se compra en Moranchel . A este lugar le llama todo el mundo “Eulalio” y en este viaje lo mencionaron varias personas. En La Alcarria alguien en un pueblo te sugiere que comas en el pueblo de al lado y preguntes por tal. Ese tal te anima a visitar a cual en el siguiente pueblo. Quién necesita Tripadvisor. En “Eulalio” se come una carne a la brasa escandalosa y, si el tiempo acompaña, se hace bajo la parra, que siempre es balsámico. Ojo: no olvidemos la miel.

Al oscurecer volveremos a nuestra casa de Alocén. A estas alturas ya nos sentimos algo alcarreños.

Miel de La Alcarria

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MASAJES, ROMÁNICO Y LAVANDA

A la mañana siguiente nos dirigiremos hacia la zona de ** Brihuega .** Allí está Torija, donde Cela comenzó su periplo y donde hay un Museo dedicado a Viaje a La Alcarria y una piensa qué bonito sería uno sobre la España Vacía.

Toda esta zona se relaciona con la lavanda, una de las bases de la economía de la zona. En Brihuega está por todas partes: en las tiendas de souvenir y en las conversaciones de los vecinos del pueblo. Para ver los campos en floración hay que esperar a julio porque es en esa fecha cuando se organizan actividades y rutas aprovechando que los campos se tiñen de morado.

Brihuega

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El símil es fácil, pero el tinte es así de real. También en ese momento, el día 15 de julio, tiene lugar el ** Festival de la Lavanda ,** que cada año celebra un concierto en pleno campo. El pasado la protagonista fue Estrella Morente. Tendremos paciencia y esperaremos al próximo verano. La lavanda está también presente en ** Niwa Hotel&Spa **, una rareza.

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Este lugar ofrece masajes orientales en plena Alcarria. Lleva años haciéndolo y tiene una clientela fiel. Hagamos algo: antes de volver a Madrid disfrutemos de un masaje con pindas calientes de lavanda autóctona, pero no olvidemos reservar. Suelen estar llenos.

Antes o después del masaje recorreremos el pueblo que, como todos los de la zona tiene un patrimonio histórico excelente; la ciudad fue declarada en 1973 Conjunto Histórico Artístico. Nos salen al paso la iglesia de Santa María de la Peña y San Felipe, ambas del siglo XIII.

No es lo único : Brihuega tiene muralla, castillo, cuevas árabes y hasta galerías y túneles. Muy interesante es la Fábrica de Paños , un complejo industrial del XVIII con unos jardines de la época, que han sido reabiertos tras años de abandono. Las fuentes, con agua de los manantiales subterráneos, salpican el pueblo. No olvides beber en las que puedas. Cuándo vas a volver a hacerlo.

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Come en ** El Tolmo ** cualquiera de sus hipercalóricos platos; todo el mundo te lo recomendará. Ya hemos hablado de cómo circula la información por esas tierras.

Entre fuentes, iglesias románicas y lavanda llega la hora de volver a Madrid. Nos hemos dejado muchos lugares atrás: Hita, Cifuentes, Horche… Volveremos porque nos da la gana.

Cela escribió (esta cita está muy manoseada) que “La Alcarria es un país al que la gente no le da la gana de ir” . A nosotros nos dio y nos dará. Hemos estado en La España Vacía y hemos entendido por qué la España Poblada la necesita. Eso sí, nos da miedo que se llene.

Iglesia de San Felipe en Brihuega

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