Snøhetta ha desvelado su plan de revitalización para el baño portuario de la ciudad de Arendal, en Noruega, y no podía ser más espectacular, apetecible y orgánico. Construido en 1937 por el arquitecto Ketil Ugland (y cerrado una década después), el baño Knubben ocupa un escollo rocoso en Galtesund, entre las islas Tromøy e Hisøy, y antaño estuvo formado por una plataforma de buceo de diez metros, una piscina para niños, vestuarios y un quiosco.
“El nuevo Knubben es una estructura creada por el hombre con una arquitectura que se inspira en las formas que encontramos en los islotes y skerries a lo largo de la costa noruega. Se asemejará a un bloque de piedra formado durante el último período glacial, caracterizado por formas desgastadas donde paredes suaves cóncavas y convexas forman cavidades en el paisaje”, explican desde el estudio noruego, que para representar dicho terreno con la mayor precisión posible elevará la plataforma en sucesivas capas horizontales abrazando la propia curvatura por niveles de la isla.
PUNTO DE ENCUENTRO EN ARENDAL
Un animado lugar de encuentro pretende ser durante todo el año esta nueva instalación que imitará las formaciones rocosas naturales de la zona. Porque, efectivamente, en verano Knubben servirá para tomar el sol y lanzarse al mar desde su plataforma de salto, pero el resto del tiempo funcionará como un centro para eventos culturales y albergará un restaurante. También contará con un anfiteatro exterior y un escenario para todo tipo de actuaciones.
“A medida que nos volvemos cada vez más urbanos, anhelamos el contacto con la naturaleza. Knubben será un lugar de encuentro social que proporcionará una sensación de cercanía al mar y servirá de telón de fondo para una plétora de actividades y experiencias”, aclaran desde este estudio con fuerte presencia global (cuenta con oficinas en Oslo, París, Innsbruck, Nueva York, Hong Kong, Adelaide y San Francisco).
REINTERPRETANDO EL PASADO
Fue en 2018 cuando Snøhetta recibió el encargo de revitalizar esta deteriorada instalación que en los años 30 del siglo pasado había sido utilizada por el Arendal Swimming Club para competiciones de buceo, entrenamiento de natación y otras actividades acuáticas.
Si bien el equipo –fascinado por “las líneas esbeltas y limpias de este pequeño pero elegante ejemplo del espíritu modernista en Noruega”– pensó en un principio en recuperar su esplendor original, un estudio de viabilidad reveló que la isla rocosa necesitaría de una importante modernización con objeto de convertirse en un espacio de usos múltiples y no sólo en un centro de recreo para actividades acuáticas.
Aunque conservará partes vitales, el nuevo Knubben se levantará como una estructura basada en pilotes de núcleo de acero, ampliando aún más la extensión y las posibilidades de la isla, tal y como confirman desde Snøhetta, cuya respuesta arquitectónica al que es uno de los ejemplos más claros de arquitectura funcionalista en Noruega no podía haber sido más respetuosa, precisa y completa.